Me contaron...  #1

  Me contaron... 

#1: "Bananas"

Dibujo por ED!





Pocitos, sentados frente al edificio donde vive Mauro...

- Yo les cortaría la cabeza con un machete, así de una- dijo Mauro.

- Andá, ¡si una vez te cortaste el dedo con el sacapuntas! Hay que pegarles un tiro en la cabeza. - contestó Dylan.


CAPITULO 1 - #10



Capitulo 1: De Una

#10 Cagado

Dibujo por Dinoman


¿Bueno, cómo empiezo? Mi nombre es Maximiliano, tengo doce años y vivo en Uruguay.  Estoy escribiendo esto con la esperanza de que alguien lo lea si me pasa algo y le avise a mi familia. 

CAPITULO 1 - #9




Capitulo 1: De Una

 #9 Podrido


 
Dibujo por V.T. Abdala
 

Febrero, Teatro de Verano. Al caer la tardecita, la gente ya se iba arrimando a las butacas. Era la primera fecha del carnaval, y la murga Margarina Light cerraba la noche.

CAPITULO 1 - #8



 Capitulo 1: De Una

#8 Esperanzado


Dibujo por Dinoman




-¿Dónde está mi familia?- Era lo único que tenía en la cabeza. Revisaba los cuerpos uno a uno con la esperanza de no encontrarlos ahí.

CAPITULO 1 - #7



Capitulo 1: De Una

#7 Desconcertado



Dibujo de Dinoman


Después de estar media hora esperando a Tito, apareció de la nada en su auto y me dijo: - Luis, mirá lo que conseguí - mostrandome una bolsita con cucumelos. -¡Nooooooo!- le dije, en tono burlón, y nos metimos a la casa de mi vieja a preparar el té.

CAPITULO 1 - #6




Capitulo 1: De Una


#6 Feliz


                                                Dibujo de Dinoman


No se bien cómo terminé escondido ahí con toda esa gente, sólo sé que estaba corriendo junto con la multitud, escapando de esos tipos enloquecidos y ensangrentados que mordian a todos los que se les cruzaban. "Zombis" empezaron a llamarlos, y con el pasar de las horas acepté la realidad: era el fin del mundo y cada uno estaba por su propia cuenta.


CAPITULO 1 - #5

 

Capítulo 1: De Una



#5 Muerto de calor




 
Dibujo de V.T. Abdala



Calor, mucho calor. Eso es lo que pienso siempre que me acuerdo de esa podrida ciudad. Por suerte ya no vivía allá, y ese día sólo andaba de paseo. Si no fuera por mi familia y amigos, no hubiera vuelto a pisar nunca más la mugrosa ciudad de Salto. ¿Por qué, se preguntan? Zombis. No me refiero a muertos vivos, al menos no en el sentido literal, sino a la gente que está viva pero parece muerta. Las únicas personas que están en este lugar y no son así, están atrapadas. Son gente que no puede salir, a las que algo las tiene atadas, ya sea el trabajo o mismo la plata: la cárcel del hombre. Pero esta historia no se trata de la plata, sino de los zombis.